martes, 3 de mayo de 2011

SANTIDAD EN CERO

Año tras año todas las personas en el mundo celebramos La Pascua, Semana Mayor o sencillamente La Semana Santa. Dulces, ramos, sahumerio y rezos se ven, se siente y se respira  por doquier; son los días donde el fervor a lo santo se hace más prominente y las travesuras para los niños y adultos picarones se ve irrumpidas por los mitos y cuentos de los abuelos.
Si juegas a parqués, es un pecado mortal, pues en la cruz los soldados tiraron los dados por el manto de nuestro Señor en acción de maldad, si comes carne pecas  aún más, pues no cumples con el sermón del monte y la multiplicación de los panes y los peces y si no ves otras cosas fuera de las cintas de los diez mandamientos y Barrabás,  eres un desagradecido pues tus ojos sólo deben estar en Dios. Siendo cristiana evangélica hace dieciséis años, todos estos cuentos o argumentos son motivo de gracia, sin pecar de burlona, pues es claro que durante esa semana la tentación es más evidente para mucho y un pecadillo siempre se nos escapa aunque no lo quisiéramos hacer.
Hace poco conozco a mis vecinas, chicas muy de su casa y altamente devotas y juiciosas; su madre una católica, apostólica y romana y más aún,  fan número uno de la virgen,  nos vigila y perdona nuestra sin verguenzura en ver otras películas y las más oportuna fue “Amor y otras drogas”, ante nuestro ojos la protagonista era la estampa perfecta de una actriz clásica que no se presta para erotismos. Sin embargo, la ocasión fue diferente. Desnudos, sexo, sexo y más sexo fue lo que “contaminaron nuestros ojos”, se refirió la señora Dora al ver escandalizada una escena. El punto de esto es, cómo es posible evitar esto, rodeados de supuesta santidad, pureza y virtud, el mundo cada vez nos ofrece otras perspectivas de cómo vivir una Semana Santa en rectitud, pero es claro que cada vez que mis ojos puedan, quieran o no quieran chocaré con a realidad de una vida cien por ciento sexualidad.  ¿será que no seré perdonada por este pecado mortal? Mi santidad se quedó en cero.      

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